lunes, 6 de agosto de 2012

Himen (escrito de hace un año)

Son tan solo recuerdos
diluidos en el tiempo
era una tarde gris, lluviosa
una televisión a blanco y negro
iluminaba la habitación. 

En esos días
unos vellos de pubis me hacían diferente 
pecando de no saber, a Luvia le dio la menstruación.

Aquella tarde de siesta, marchamos al lago
con el agua hasta el cuello 
pronto, las camisetas descubrieron
una sombra entre piernas ya crecidas
y aviesos sobre el pecho, pezones. 

Curiosidades, tan solo mutuas... 
Vellos en mechones por mi parte
sus pechos, pequeños pechos de limón. 

Inquietada, me dijo -yo tengo algún misterio
sólo lo tengo yo- 
-¿Crees que no lo noto?, son tus pechos que crecen-
-No...me refiero a mi tan cerrada puertezuela-

-Si te entendiera...- dije.
-Lo he mirado esta noche-;
una puerta cerrada: mi himen... 
-¿Mi que?-

-Ni que fuese tuyo sonso-...
"es mi himen"...

No pude contener la carcajada...
y de la piedra mas alta a las orillas de lago
solté explosivas carcajadas, en lo que me echaba
un clavado perfecto.

Subí a superficie. 
Y en una piedra sentada, me estaba esperando
con las piernas abiertas. 

-¡Mirad!- exclamaba ella. 
¡Solo allí!
¡una ligera tela de carne!

-Si lo tocas se rompe... imbécil- 

A pesar de que ella y yo nos conocíamos
desde niños...¡ese himen!

¡Ese himen, si que era novedad!

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