domingo, 5 de agosto de 2012

Pasando el aguardiente.



Podría pedirte un sabor amargo, para tragarme esta timidez maldita, aunque todo el mundo es cobarde, no solo tu y yo, no hay que fingir.

Te escribo desde un rincón, la barrera soy yo mismo, controlar la magnitud de mis palabras cuando quiero hablar maldita sea, esa también es la maldita barrera, duele.

La magia no acaba, y tu encanto me desborda, ¿para que fingir?

Te pienso invocando a tus labios, llamando a la lluvia a lavar mi pasado.

Soy imperfecto ante lo convencional, he vivido desmaquillando esta ciudad, cada rincón guarda historias, cada parte de mi piel, cada parte de tu piel, aún tengo espacio, tatúame una historia más, que sea la mas grande.

Me como el techo sin poder dormir, cada noche pienso en ti, queme una nube con el humo de mi cigarro, tan solo pensando en ti.

Un buche de cerveza, y te digo buenas noches, la luz de la luna pronto se extinguirá para dar paso al hijo de Apolo, Carpe Diem chica, que pronto tu día empezará.


                                                                                           
                                                 ¿Al fin y al cabo, quien tiene el dealer mas cercano?

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